viernes, 28 de agosto de 2009

La ruina de la nueva Plaza de la Hispanidad


Es de grato recuerdo para los que llevamos muchos años viviendo en Alcorcón la emblemática plaza de la Hispanidad. Fue de la primeras plazas que se urbanizaron en Alcorcón, pues era un lugar de los más transitados ya que, además de ser el lugar más alto del pueblo, su torre del agua, su calle de le Espada por la que transcurrían los encierros algunos años. Es la plaza la cumbre de un collado cuyo alcor dividía, en sus inicios urbanísticos al pueblo. De un lado, hacia el Oeste, la antigua urbe del centro de la ciudad con el Ayuntamiento, la Iglesia, la tahona, el bar de la Plaza y el bar Brindis; también como no, una de las primeras industrias creadas aquí, Muebles Mobelar, etc, etc.; y ya yendo hacia abajo, la plaza de los Caídos (de la Fragua, en la actualidad), que da salida a varias calles: de los Guindales, las Vegas, de Portugal, donde se construyeron los primeros edificios. Del otro lado, hacia el Este, hacia las Huertas y el Parque Grande, que da acceso al otro barrio simbólico de Alcorcón, San José de Valderas y sus castillos, y más tarde el barrio de Parque de Lisboa, por no extenderme más.
Plaza hermosa y rectangular, terriza y sombreada y con una envidiable fuente que era de las antiguas, de las de siempre, grande, con muchos chorros y con mucho agua. Hoy, cercenada hasta el extremo, el pavimento cubre casi por completo su suelo, con escasos árboles y unos irrisorios chorritos, dan una imagen lamentable.

Uno que añora su pueblo, lo quiere como si fuera suyo pues el él casi ha nacido, ha hecho su vida, su familia y sus amigos, y lo ha visto crecer y hacerse ciudad, ve con amargura como uno de sus hitos ha sido salvajemente destruido. Hay quien me dirá que exagero, que la plaza sigue estando ahí y lo único que ha cambiado es su fisonomía para adaptarla al nuevo aparcamiento subterráneo. Pues puede tener su razón, los tiempos cambian, los coches nos invaden y se construyen nichos subterráneos donde guardar nuestros coches; pero, lo que si es cierto, es que las personas continuamos haciendo nuestra vida social en las calles, en las plazas públicas, al cobijo de la sombra de un árbol, en el descanso de un banco, en la frescura de un césped.
Cuesta trabajo creerlo, no obstante todo eso ha desaparecido. Ya nuestros mayores NO pueden buscar su rincón favorito de sombra pues apenas quedan árboles, ya nuestros niños NO pueden jugar despreocupados y como gesto de consolación se les deja un ridículo parque infantil donde encerrarlos como ovejas, ya todos los vecinos nos encontramos incómodos y NO queremos esa plaza, queremos la de antes, y si no puede ser porque ya los árboles los han arrancado, la fuente la han quitado y el césped cambiado por baldosa, que nos hagan una plaza pública más digna.

Uno se pregunta ¿por qué los políticos hacen las cosas tan mal pudiendo hacerlas mejor?, ¿por qué antes de emprender un proyecto no nos preguntan a los vecinos que tipo de plaza queremos?, ¿son acaso ellos dioses, o dictadores, o peor aún tiranos de nuestra democracia?
Quien lea esto dirá que estoy loco, que es lo que tenemos y no preguntes más y que me deje de tanto protestar. Puede que tenga razón, pero yo me niego, me niego rotundamente a que manipulen mi vida y mi entorno, quiero participar y tener mi propia decisión.
Si esta es la democracia que venden los políticos actuales, lo siento, que se queden con élla, yo no comulgo con su democracia, o más bien su partitocracia.
Muchas cosas tienen que cambian en nuestro querido país, muchas, y mucho nos tenemos que rebelar los ciudadanos si queremos hacer las cosas de una forma más participativa.

Esta Plaza es una ruina

Es de grato recuerdo para los que llevamos muchos años viviendo en Alcorcón la emblemática plaza de la Hispanidad. Fue de la primeras plazas que se urbanizaron en Alcorcón, pues era un lugar de los más transitados ya que, además de ser el lugar más alto del pueblo, su torre del agua, su calle de le Espada por la que transcurrían los encierros algunos años. Es la plaza la cumbre cuyo alcor dividía, en sus inicios urbanísticos al pueblo. De un lado, hacia el Oeste,la antigua urbe del centro de la ciudad con su Ayuntamiento, la Iglesia

La ruina de una plazapública

sábado, 15 de agosto de 2009

El peligro del polvo sahariano


La comunidad de Madrid y sobre todo su área metropolitana, se ve afectada estos días por una masa de polvo que en tiempo estival nos visita todos los años. Es un proceso ambiental en donde el polvo lo cubre todo. En muchos casos, apenas sí puede verse algunas decenas de metros. Se trata del fenómeno conocido como calima ; algo muy habitual en muchas zonas de la península y sobre todo en el archipiélago canario donde afecta de manera especialmente virulenta. Se trata de polvo del vecino desierto del Sáhara. Su presencia puede llegar a crear problemas serios de salud. Estos días en Madrid, sólo hay que salir a la calle y prácticamente el polvo se mastica. Estas masas de aire africano han despertado algunos recelos por su posible impacto sobre la población.

Picor de garganta, tos, sequedad en la boca, sensación de bochorno…y en algunos casos: náuseas, vómitos, dificultad para respirar, mareos, dolores de cabeza…Son algunos de los efectos de la calima. Tienes la sensación de verte inundado por una ola de tierra.

Este fenómeno tiene su origen en el suelo sahariano, sobre todo en temporada estival. En los meses de verano, el sol calienta el árido y polvoriento suelo africano. Las altas temperaturas alcanzadas en la superficie del desierto y el comportamiento de determinadas turbulencias durante el día propician la elevación de grandes cantidades de partículas de arena. De éstas, las de mayor peso acabarán cayendo, mientas que las más pequeñas permanecerán en suspensión y, merced a los vientos imperantes, se dirigirán en inmensas masas hacia el océano Atlántico. Obviamente, la calima, en su trayectoria, coge de lleno a las Islas Canarias y el sur de la Península Ibérica.

Madrid, agravada por su atmósfera ya de por sí tremendamente contaminada, pasa por ser una de las comunidades de España en la que más casos de asma y problemas respiratorios se registran, y la llegada de esta calima empeora de manera exponencial determinados problemas de salud.

Así es que, como recomiendas las autoridades sanitarias, hacer menos deporte en estos días al aire libre, y en casos extremos incluso a ponernos la famosa mascarilla.

Ya se ve que no sólo la Gripe A nos trae de cabeza, en estos días, a los madrileños.