miércoles, 20 de mayo de 2009

Los titiriteros electoralistas


Señoras y señores, sean bienvenidos. Mesdames et messieurs, presten atención. Ladies and gentlemen, abandonen durante este sábado 16 de mayo todas sus obligaciones cotidianas. Gentes de cualquier lugar, acudan desde los cuatro puntos cardinales de Alcorcón y tomen asiento bajo la gran carpa del día. La función está a punto de empezar y contamos además con artistas de alto caché. Este es el circo municipal interminable de incontables políticos al uso.

Desde luego, que somos un país de pandereta, nadie lo duda.
Si cabían dudas sobre la exquisita desfachatez de nuestros pandereteros municipales, de nuevo el ejército de nuestro politizado Ayuntamiento, ha puesto a su ejército en marcha y demostró el pasado sábado una exhibición manifiestamente lúdica y liberadora de los mejores y más gloriosos instintos partidistas mediante la utilización de su producto más rentable: la manipulación aborregada del pueblo al coste que sea.

Este es el circo señores de la democracia que muestran nuestros políticos a los que más priva contentar al pueblo con costosísimos actos electoralistas que mirar por su mejoramiento social, educacional, y democrático de verdad.
Con el anuncio a bombo y platillo de tal evento, nuestros gobernantes locales (afortunadamente no todos) se visten para la ocasión de folcloristas de farolillo y terremotos con intenciones más de showman que de ediles.

Lo positivo al menos, después de esta clamorosa fiesta, es la gratitud y satisfacción de más de mil beneficiarios que ya pueden disfrutar de una vivienda, aunque sus hipotecas sean harina de otro costal.

sábado, 2 de mayo de 2009

Elecciones europeas 7 junio 2009


Por recuperar la libertad de espíritu y retornar al debate de ideas


Incapaz de renovarse, impotente y desilusionado ante el fracaso de su proyecto, el declinante pensamiento moderno se está metamorfoseando poco a poco en una verdadera policía intelectual, cuya función es excomulgar a todos aquellos que se apartan de los dogmas de la ideología dominante. Los antiguos revolucionarios "arrepentidos" se han adherido voluntariamente al sistema establecido, pero de sus antiguos amores conservan el gusto por las purgas y los anatemas. Esta nueva traición de los intelectuales se apoya en la dictadura de una opinión pública modelada por los media sobre el patrón de la histeria purificadora, de la sensiblería consoladora o de la indignación selectiva. En vez de intentar comprender el siglo que viene, se prefiere remover problemáticas obsoletas y reciclar argumentos que no son más que medios para excluir o descalificar. Por otra parte, la reducción de lo político a mera gestión óptima de un crecimiento cada vez más problemático excluye la opción de un cambio radical de sociedad e incluso, sencillamente, la posibilidad de una discusión abierta sobre las finalidades últimas de la acción colectiva.

El debate democrático se ve así reducido a la nada: ya no se discute, se denuncia; no se argumenta, se acusa; no se demuestra, se impone. Todo pensamiento, toda obra sospechosa de "desviación" o de "deriva" es acusada de simpatía consciente o inconsciente hacia unas ideas presentadas como repelentes. Incapaces de desarrollar un pensamiento propio o de refutar el de los otros, los censores se aplican ahora también a los juicios de intenciones. Este empobrecimiento sin precedentes del espíritu crítico se ve aún más agravado en nuestra España por el tan nombrado ombliguismo hispánico.


Todo esto conduce a olvidar las reglas normales del debate. Se olvida que la libertad de opinión, cuya desaparición se acepta hoy con indiferencia, no admite, por principio, excepción alguna. Por miedo a la decisión y por desprecio a las aspiraciones del pueblo, hoy se prefiere cultivar la ignorancia de masas.


Para acabar con esta manta de plomo, es necesario hoy un retorno al pensamiento crítico. Contra toda censura, contra el pensamiento-clínex y contra la futilidad de las modas, es tan necesario y fundamental hoy más que nunca la necesidad de un auténtico trabajo del pensamiento. Debemos militar por un retorno al debate de ideas, al margen de las viejas divisiones que obstaculizan las posiciones transversales y las nuevas síntesis.


Voz de alarma desde este humilde bloguero por Europa y hacia Europa: por un llamamiento al frente común de los espíritus libres frente a los dogmatismos inquisitorios y superados para este nuevo siglo de las izquierdas o las derechas tradicionales.